No hacía falta pintarlo porque estaba allí.
Podía estar en nuestro imaginario mientras recorríamos todas y cada una de aquellas excelsas hayas. Por ese motivo y algunos besos más gracias quise dar al divino laberinto de los efectos y de las causas que hicieron posible una comida sin mantel de cinco estrellas. Inolvidable.
Repito.
Inolvidable.
Podía estar en nuestro imaginario mientras recorríamos todas y cada una de aquellas excelsas hayas. Por ese motivo y algunos besos más gracias quise dar al divino laberinto de los efectos y de las causas que hicieron posible una comida sin mantel de cinco estrellas. Inolvidable.
Repito.
Inolvidable.