miércoles, 5 de marzo de 2008




Hay caminos que fueron abandonados por decisión propia y otros en los que insinuamos en silencio que nos fueran arrebatados. Fueron los que fueron. Y qué fácil fue excusarse en manías mías (jardín de infancia del amor) y rituales de viernes a domingo. Hubo una manera de dulcificar la derrota y fue pensar que por todas había vencido. Y no es que venciera yo sino que vencimos todos; y día a día sumamos gloriosas victorias porque irremediablemente estamos aquí por un latir, por una pulsación.
No he hablado del gozo de la elección, bendita sea mientras exista, ni de la fortaleza que subyace en ella. No dejemos que nos señalen con el índice a antojo de los caprichos de los demás, aquellos que no han sido llamados. Me quedo con la tenue felicidad que otorga el poder de la elección.
No creemos distancias entre el deseo y la realidad por mucho que apriete el primero
.

"hay viajes que decidimos no hacer"

"hay viajes que decidimos no hacer"