martes, 12 de febrero de 2008

para ti...













Sin esperar nada a cambio extenderé el mantel. La habitación olerá a limpio. Las sábanas recién estrenadas intuirán que esta noche una vez más dormirán a solas conmigo por muchos guiños que pretendan. Abriré una botella de vino, preferiblemente de un año par y baja graduación e invocaré al dios del vino que no me permita despistes.
Serviré la cena dando detalles de la composición de los entrantes, los primeros, etc...así como su tiempo de elaboración. Torpemente retiraremos la mesa y prepararé un té (imagino que lo prefieres al café) y antes de reposar la cena sugeriré dar un paseo por la playa por si se nos ocurriera hablar más de la cuenta y de una vez por todas lograr saber qué es lo que endulza tus sentidos y a qué le das valor en nuestra pequeña vida.
Mientras escribo todo esto, tu debes estar en una latitud desconocida, quizás sonriendo delante de un cedro libanés, o quizás melancólica imaginando lo mucho que te gustaría que alguien escribiera justo estas lineas sobre tí, sobre tu paradero, sobre la manera tan frágil en que te muestras al mundo.
N.

hoy en clase...



oleaje
El oleaje se genera, se despalza y muere. Hay elementos que los concebimos como algo vivo y sin embargo no lo son; como las playas. Pero démosle la grandeza de iniciarse, crecer y morir.

Onda de acompañamiento

Aquella que se genera en una superficie de agua debido al efecto que sobre ella produce un cuerpo al desplazarse. En el mar, la pista es la estela que deja la embarcación a su paso; en el amor, no existe todavía un tratado sobre el posible efecto de esa onda de acompañamiento generada por los recién estrenados llamados a amarse.
N.

"hay viajes que decidimos no hacer"

"hay viajes que decidimos no hacer"