jueves, 4 de septiembre de 2008

Sorpresas gratas que encierran los viajes



No hacía falta pintarlo porque estaba allí.
Podía estar en nuestro imaginario mientras recorríamos todas y cada una de aquellas excelsas hayas. Por ese motivo y algunos besos más gracias quise dar al divino laberinto de los efectos y de las causas que hicieron posible una comida sin mantel de cinco estrellas. Inolvidable.
Repito.
Inolvidable.

1 comentario:

javier dijo...

Una comida sin mantel de 5 estrellas... ¿Es que comisteis en el banquito de la fotografía? ¿O tiene connotaciones sexuales?(es broma...)

Sobre la foto, parece un lago ¿no?
Seguro que la montaña era toda verde. Anímate a subir más fotitos del viaje.

Un beso.

"hay viajes que decidimos no hacer"

"hay viajes que decidimos no hacer"